El Wi-Fi es parte de la vida de todas las personas con smartphone o algún otro dispositivo con opción de conexión inalámbrica.
Cada vez que alguien visita un sitio público pide acceso al Wi-Fi, hasta llegar al punto que se ha convertido en un servicio público. Una red Wi-Fi permite añadir servicios como el análisis de data, entender quiénes se conectan para segmentar publicidad localizada y otros servicios de marketing demográfico. Lo importante de la rentabilización del Wi-Fi depende de las personas que se conectan, por eso atraerlas a la misma es básico para generar negocio.
Experiencia de usuario: es un término clave para lograr los objetivos.
La monetización del Wi-Fi tiene un nuevo actor clave para mejorar la estrategia publicitaria. Se trata de los datos de ubicación que hacen la diferencia para entender por dónde se mueven las personas y qué consumen; información muy valiosa para centros comerciales, supermercados y otros negocios de consumo masivo. En este contexto surge el término hotspot (punto caliente, en español) que es una zona de alta demanda de tráfico que ofrece internet a través de una red inalámbrica y un enrutador conectado a un proveedor de servicios de internet. Esa alta demanda de personas en un lugar público de alto tráfico es una oportunidad de negocio porque al tener una conexión de Wi-Fi, se obtiene data como; qué hacen los clientes mientras visitan este lugar, las páginas que vistas, redes sociales frecuentadas y otros datos que son importantes para entender al consumidor.
La integración del Wi-Fi público con la estrategia empresarial local es clave, y al complementarla con recomendaciones para los visitantes, puede dar resultados prometedores no sólo para los clientes sino también para la empresa. Hay que tomar en cuenta que esta adquisición de datos debe analizarse, controlarse, filtrarse y manejarse con responsabilidad.